FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!

Llevo casi un mesecito sin postear ni un solo mensaje porque prácticamente no ha pasado nada de relevante en lo que a mi intervención se refiere. Mi vida es tan normal, que prácticamente he olvidado que pasé por el quirófano… hasta que han llegado las fiestas y banquetes navideños.
Si antes ya me parecían unas fiestas tristes y difíciles, ahora encima me dan miedo.

Empezamos por la comida de navidad de la empresa donde trabajo.
Este año, por los graves problemas económicos por los que pasa mi empresa, no se iba a celebrar ningún gasto extra. Ni lote de navidad, ni comida de empresa… y la paga extra, por los pelos.

Pero a última hora, los trabajadores/as nos juntamos y decidimos que esa comida es el único momento del año en que podemos disfrutar los unos de los otros sin la tensión ni los roces normales en el ambiente de trabajo, este año muchísimo más estresante que otros años por la situación.
Si teníamos que pagarla de nuestro bolsillo, pues se pagaría y se acabó.
A última hora, el jefe, con un esfuerzo que le agradecemos, decidió que pagaría como siempre… Así que casi sin tiempo, buscó un restaurante tranquilito y fuimos a comer el mismo día de noche buena.

Primer problema:
En el mismo día, comida de empresa y 3 o 4 horitas más tarde, cena en casa de los suegros… Mientras mis compañeros se apretaban unos entrantes de lujo, yo apenas probé algo. Después, ellos/as se zamparon unos estupendos entrecots de 750gr, mientras yo solo podía acabarme la mitad de un filetillo con salsa de los dos que me trajeron como trato especial.
Personalmente quedé satisfecho.
Ni lleno ni hambriento, pero me resultó bastante incómodo ver como todos me miraban y me interrogaban por escuálida dieta.

Después, en la cena de nochebuena, mis suegros, como siempre, se dejaron la vida por ofrecernos una gran cena, todos juntos. Mil delicias en forma de entrantes y pollo en salsa que me siempre me ha vuelto loco.
El pollo no llegó ni a la mesa, pues quedamos todos tan satisfechos con el entrante que no pudieron con el plato principal. Piqué un poquito de aquí, un poquito de allí, en muy pocas cantidades y con muuuuuucha calma. Apenas se dieron cuenta de si comía o no, con lo que para mí fue una situación menos incómoda que en la comida. Aquí si pude disfrutar de mi familia.

Aún así, por la noche, en la cama, fui a dormir algo pesado y nervioso, pues en apenas 5 horitas, debía estar de pie y recorrer media España para ir a la comida de navidad en Madrid, en casa de mis tíos y primos.
Desayuno frugal, un yogurt con un trocito de pan, mis vitaminas y en marcha. Algo de zumo por el camino y un pequeño bocadillito. Lo de cada día, pero conduciendo.

Seis horas después, a las 12 del mediodía, aparcaba para ser recibido con otro festín preparado con todo el amor   del mundo.  Nervios, algo de cansancio y la emoción de reencontrar a familiares, hicieron mella en mi estómago. Cuatro cositas y se me cerró el estómago, como alguna otra vez. Un nuevo mal rato en el lavabo, vomitando lo poquito ingerido y con toda la familia pendiente.
Una manzanilla más tarde recuperé mi ser y pude al fin disfrutar de una sobremesa de abstinencia alimentaria y risas y chistes compartidos en familia.

Lo mejor, el día siguiente. Nos fuimos al centro de Madrid a pasear por la plaza del sol,  viendo el colosal árbol de navidad allí colocado y los preparativos para las 12 campanadas, el gentío disfrutando del espíritu navideño, con sus típicas pelucas navideñas y los que se buscan ganar unos durillos disfrazados de personajes famosos (bob esponja, darth Vader, mikie y minnie mouse, estatuas de bronce…) Los niños se lo pasaron genial. ¡Y yo más!!!

 

Dejémonos de tonterías politiqueras…¡ soy catalán y del Barça, pero me encanta la ciudad de Madrid y su gente abierta, divertida y juerguista!!

Y de remate, algo que me hacía mucha ilusión desde que acabé la mili en Colmenar Viejo…
¡el BOCADILLO DE CALAMARES!!! 

Típico bocadillo madrileño, como el “pa amb tomaquet i pernil” (pan con tomate y jamón serrano) en Cataluña o el “pescaito” frito en Andalucía.
Solo pude con un trozo, pero !como lo disfruté!! Es algo que aconsejo a todo el que pase por el centro.También paramos en un puesto de castañas, boniatos, coco y maíz dulce… ¡Los niños disfrutaron de lo lindo!!!

Las comidas siguientes, muy suaves para mi y animaladas para los demás. Es increíble las cantidades que solemos ingerir sin darnos cuenta. Ahora si me doy cuenta… Más vale tarde que nunca.

Por cierto… apenas he perdido peso (un kilo y muy poquito) en todo este mes de ausencia del blog (aún ando por encima de los 100 kg) pero me encuentro genial. Corro sin problemas, no me duelen las piernas y puedo seguir el ritmo agotador de los niños sin que me tumben como al resto de adultos!!
Me compré pantalones , camisas, camisetas, algún jersey… y los pantalones me van grandes ya, en tan solo 2 semanas, pese a no perder apenas nada de peso.

Por último, el pelo no se me recupera. Me estoy quedando como una bola de billar, con el frio que hace… Le daremos tiempo o me voy a ahorrar un pastón en peluquerías.

Después del tostón, solo me queda desearos:

!FELIZ AÑO NUEVO!!
Que vuestros sueños se cumplan este año nuevo que entra.

SEMANA 34. AHORA SI QUE NO TENGO ROPA.

Antes de mi operación tenía un serio problema para encontrar ropa de mi talla.
Así, cuando encontraba unos pantalones “guapos” o sencillamente que me pudiese abrochar, acababa comprándome 5 iguales, o como mucho, de diferente color.
Era la única manera de tener algo que ponerme, me gustara o no, para no ir enseñando el “mondongo” por la calle. Con el tiempo, he ido acumulando una buena colección de prendas 5-6XL, porque, además, me daba mucha pena tirar nada si me iba bien, ante la dificultad de encontrar algo que lo sustituyera.
Me vestía para no ir desnudo, aunque lo cierto es que siempre acababa encontrando algo que me gustaba y que guardaba para ocasiones especiales.

Viendo mi evolución, es lógico comprender que la ropa que usaba hace 7 meses, hoy por hoy me queda grotescamente grande.
Armarios llenos de ropa que poco a poco he dejado de usar, pero que seguía estando allí, menos los calzoncillos, que no entiendo muy bien como, acaban siendo estupendos trapitos para limpiar el polvo… Ni una sola braguita, solo “gallumbos” gigantes de los míos troceados.

Tenemos una amiga con un marido “biplaza”, como era yo hace algún tiempo… Y mi mujer, harta de ver “su” armario lleno de ropa que jamás volveré a usar, se puso al trabajo y llenó 4 bolsas industriales de pantalones, jerséis, camisetas, camisas y otras prendas… Una montaña de ropa… El viernes llegaron con un coche convertido en furgón y me desvalijaron y más tarde nos invitaron a cenar (ahora que como menos que un pajarito)
Eso sí, son una gente cojonuda y los quiero un montón. ¡Un abrazo Che!!!

La ropa que me compré hace unos tres meses me queda gigantesca y también desapareció.

Ahora tan solo me queda algún chándal “Decatlón”, la ropa técnica del quad y de la bici, algún pantaloncito de verano de hace 15-20 años que me vuelve a servir (como el de la foto) pero que temo se deshaga en cualquier momento por su edad y la ropa gigantesca del trabajo, que no puedo regalar, pues mi jefe no está por la labor de comprarme nuevas prendas… si total, lo mismo dentro de un par de meses tiene que echarme al paro por cierre de actividad…

O sea que si la empresa reúne lo suficiente para darme la paga extra que con tanto esfuerzo me he ganado, aprovecharé estos días de fiesta e intentaré encontrar algo no demasiado caro para llegar vestido a la primavera, aunque si sigo a este ritmo, dentro de 3 o 4 meses tampoco me valdrá.
En verano ya me dará lo mismo… con un tanga de leopardo pasaré los meses de calor sin problemas…

Lo de hacer ejercicio, de momento queda un pelín aparcado, pues poco tiempo y mucho frio, no invitan a hacer nada más de lo imprescindible. Aún así, mi tono muscular es bueno y cada día se me marcan un poquito más esos musculillos que tenía enterrados en grasa.
Todos. Ya me entendéis.
Joanna empieza a tener miedo de mi “energía”.

Entre el poco ejercicio invernal y los polvorones, barquillos, mazapanes y turrones que se acercan, hacen presagiar unas navidades sin resultados positivos en la pérdida de peso.
Me tengo que concienciar y poner las pilas, pero pienso que me va a resultar difícil pasar mis primeras navidades como “ex-obeso”.
O quizás me sorprenda de nuevo a mi mismo, como hasta ahora.

Para acabar, ahora que no tengo ropa, llega la primera ola de frio polar. No dejo de temblar en la nevera que es mi puesto de trabajo.
Solo faltaría morirme de frio, ¡ahora que estoy lleno de ganas de vivir!!!

¡Buen puente de diciembre para todos!! ¡Y vigilar las VISA’s, que luego viene el golpe!!!

7 MESES. 102 KILOS. ¡PERDIDOS 45 KILOS!! ¡Y FRIO!!

Esto sigue a buen ritmo. Pierdo entre 2 y 3 kilos cada mes, sin esfuerzo, sin dietas, sin obsesiones (sin “demasiadas” obsesiones) y sin poder dedicar demasiado tiempo al ejercicio. Por suerte, mi trabajo ahora es mucho más físico al haber sufrido una nueva reducción de personal.
Los que quedamos, debemos suplir las tareas de los que por desgracia faltan.
Casi no recuerdo como era mi vida antes de la intervención. A lo bueno, nos acostumbramos rápido.

Pero…. ¡Que frio estoy pasando!!! ¡dios mío!!!
Ni en mis salidas en quad a los pirineos nevados, recordaba haber pasado tantísimo frio. Antes disponía de una generosa capa de grasa que me permitía pasar los inviernos de una manera más o menos cómoda. Pero ahora que la he perdido casi toda, ¡la sensación de frio es tremenda!!!

Este verano lo pasé muy bien, ya que no sudaba nada, nada. Pero claro. Eso implica que mi cuerpo ya no es una estufa encendida quemando calorías constantemente como cuando pesaba casi 150 kilos… y el frio es de las peores sensaciones que podemos sufrir. Ahora empiezo a entender a mi mujer, que se tapa en pleno agosto…

Eso me recuerda la historia de los antepasados aristocráticos de un buen amigo suizo. Disponían de tierras en lo que había sido Yugoslavia, actual Serbia, Croacia y Montenegro. Pues bien. En la revolución bolchevique, donde los comunistas ocuparon esos territorios, expulsaron a todos los ricos, poderosos y nobles de la zona. Entre ellos, los antepasados nobles de mi buen amigo. Entre las memorias que fueron escribiendo a medida que intentaban volver a su Suiza natal, en pleno invierno, y con lo puesto, lo que más choca es el momento en que describe que es lo que está resultando más duro de soportar. Sin comida, sin techo, semidesnudos, lo más aterrador, la sensación más terrible que sintieron, fue el frio intenso. Imposible de sacárselo de encima. Los más mayores y los más jóvenes, cayeron por el camino. Solo los más fuertes lograron sobrevivir, y muchos de ellos con congelaciones seberas y miembros cercenados para evitar gangrenas. Terrible.

 

Bueno, no me enrollo. ¡Ya tengo mi ATV nuevo!!! ¡y para celebrarlo, una parrillada con filetes de Mamut!!!
…Para los demás. Yo solo comí un trocito de butifarra y media hamburguesa… y tan feliz ¿he?

QUE MALA ES LA RUTINA… Y EL INSOMNIO.

Llevo 2 semanas sin postear, pero es que apenas tengo nada nuevo que contaros. Todo es casi normal. Todo menos el sueño que arrastro.

Maldito cambio de hora. Mi cuerpo es casi un reloj. Y como tal, está acostumbrado a una rutina más o menos fija. Llevo 6 meses despertándome a las 5:30 de la mañana y ahora, con el retraso de una horita (a las 3 serán las 2, horario de invierno en Europa), como un clavo, a las 4:20-4:30 ya no puedo pegar ojo.

Antes me despertaba a esa hora porque mi mujer lo hacia. Entra a trabajar a las 6:30, pero a las 5:30 aprovechaba para ducharse, secarse el pelo, hacer tortillas batiendo huevos a mano, pasar el aspirador, derribar algún tabique con el martillo eléctrico… vamos, cositas totalmente silenciosas y que no molestan apenas… Y ya cogí el ritmo de madrugones.

Ahora que soy yo el que me despierto antes y me voy al comedor a leer un libro en el silencio de la noche, resulta que le molesta que lo haga porque la despierto… en fin…
¡Que bonito es el amor!!!

Luego, durante el día, me caigo por las esquinas de sueño…
Estaré mal hasta que me acostumbre, momento en que volverán a cambiar al horario de verano y me matarán de sueño de nuevo… Que mal lo pasaría en un vuelo transoceánico y el maldito “jet lag”.Lo mejor, es que pese al sueño, no estoy cansado, sino lleno de vigor y fuerza. ¡Voy a tope! con ganas de hacer mil cosas y de disfrutar de mi nueva vida.
Actualmente peso 102,300 kg. 45 kg. menos que hace 6 meses y medio.
¡Me he quitado ya de encima el peso de una adolescente bajita!!! o el de casi 4 bombonas de butano… impresionante.

La hora de la comida ya no es ni la mejor hora del día (como antes de la intervención) ni la peor por el miedo al dolor (como los primeros meses después)
Se ha convertido en un mero trámite que debe ser cumplido. Sé que alimentos me pueden hacer daño y que cantidades son las que tolero bien. He aprendido mecánicamente a masticar mucho y a parar cuando me siento satisfecho, aunque sea solo tras dos bocados… si doy el tercero, lo paso mal. Así pues, lo evito y paso una feliz sobremesa. Esa es mi nueva relación con el alimento. Comer para vivir. No vivir para comer. Mi nueva rutina.

La rutina es lo que lleva al tedio, pero yo la necesito para vivir con todo controlado y de manera fácil, al menos la mayor parte de la semana. La rutina es aburrida, pero segura y cómoda. Aprovecho el fin de semana para romperla y hacer cosas que me viene de gusto. Sin ese equilibrio, no podría vivir feliz como vivo hoy.

Y me he comprado un nuevo ATV para DESTROZAR LA RUTINA SEMANAL EN PEDAZOS cada domingo por la mañana… ¡Vivan los créditos bancarios!!

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Un saludo y mucha fuerza a todos los que estéis pasando por lo mismo que yo, o que estéis pensando en dar el paso para recuperar una vida plena y llena de salud y energía.
¡Ánimos!!

6 MESES, MEDIO AÑO YA…

Después de tomar la dura decisión de pasar por quirófano para realizarme una reducción de estómago, valorando las posibles complicaciones (incluida la muerte) y habiéndolas aceptado como un riesgo necesario para mejorar de una vez por todas mi calidad de vida, me encuentro con que he vuelto a caer anímicamente. Tengo una ligerísima depresión.

Pasé por la consulta de mi cirujano, el Doctor Ballesta y hablamos largo y tendido sobre mi estado y evolución. Todo va perfecto. De libro.
Un saludo para el doctor Cesar, al que también pude saludar de nuevo. Y a la amable gente de la consulta, peleando a diario para que todo funcione bien…

Sobre el papel, mejor no puede ir.
No hay anemia, no hay falta de calcio ni deficiencias vitamínicas, sigo perdiendo peso de manera más o menos constante, mi salud en general es buena y mi forma física ha vuelto a la que tenía con 25 años.
No tengo deudas ni créditos pendientes, conservo un buen trabajo (renqueante, como todos en esta maldita y dura crisis), comparto nuevas aficiones con nueva gente en mi vida y puedo disfrutar de la familia y mis viejos amigos como antes no podía ni siquiera soñar.

Entonces… ¿que me pasa?

Pues no lo se, pero cíclicamente caigo en una pequeña depresión.
El jueves y el viernes pasé por un estado de altísima presión y estrés al tener que hacerme cargo de  un “stand” de una exposición que mi empresa montaba en una población cercana. Y me enteré el jueves por la tarde que era el encargado y que además debía hacerlo todo yo solito.
No había material, ni información, ni presupuesto, ni… nada de nada. Solo prisas y una palmadita en la espalda con la confirmación de que confiaban en mi criterio y maña para que todo saliera bien…
Salió bien. Después de muchísimo trabajo físico y algunas llamadas telefónicas, tirando de favores que me debían, salió bien.

Pero no dormí más que un par de horas la noche del jueves, un par más la del viernes. Todo nervios.
El sábado, con todo montado y funcionando a pedir de boca, relajado ya en casa, cené ligero y aún así acabé vomitando como “la niña del exorcista”. El trocito de pollo, que hasta ahora no me había dado problemas, me sentó fatal y pasé mala noche, a base de infusiones de manzanilla y pocas horas de sueño. ¿Se me cerró el estómago?
El domingo por la mañana había quedado con mi hermano Xavi para hacer una salida en bici, y me lleve a mi hijo Alex. Pese a no estar recuperado de la mala noche, salimos puntuales.
Cuando llegamos, 9 personas más nos esperaban, vestidos de “Tour de France”, con bicicletones impresionantes y las piernas de Miguel Indurain…
Y también un grupillo de novatos.
Menos mal.
Nos unimos a estos últimos.

26 relajantes kilómetros después, llegué a casa no demasiado cansado y bastante feliz. 
Me duró poco, pues continué con molestias estomacales ligeras y cuidando la dieta.
Por la noche, casi recuperado, cené algo de sopa de arroz. Error. 
La noche del domingo al lunes, la pasé sentado en el W.C., soltando aire como un globo pinchado y con el ojete en carne viva… Mis vecinos no sé si pudieron dormir con tanto ruido de la sección de viento del 4 piso…
Para colmo, me peso y observo que ya son dos semanas sin bajar apenas unos gramos…

Estrés, cansancio, metas tan lejanas en le tiempo que no se ve el final…
¡Quiero ver el resultado final ya!!
Y eso no es posible. Sigue siendo una carrera de fondo y no he llegado ni a la mitad. Apenas el primer tercio. El más duro, eso sí.

Hoy estoy un pelín bajo de moral.
Tengo frio y mucho sueño… Mucho más tranquilo con la barriga pero con algún molesto ruidito intestinal.
Seguimos luchando…

SEMANA 25. ¡YA ESTOY AL 95% de mi recuperación física!!

Aprovechando la festividad del día del Pilar, el pasado Martes 12 de Octubre aproveché para realizar una salida en quad, mi pasión actual, cruzando media Cataluña. Es una ruta casi exclusivamente por montaña de algo menos 150 kilómetros, realizada por caminos “legales” y preparados para su uso “Off Road” de más de 4 metros (condición indispensable para poder rodar por pistas y caminos en Cataluña) y unas 6-7 horas seguidas de pilotaje y que lleva desde la costa Barcelonesa hasta el Berguedá, casi rozando los pirineos.Era un reto que tenía pendiente para demostrarme a mi mismo que ya era capaz de soportar los más duros esfuerzos durante varias horas seguidas.
Como antes de la cirugía. Lo único que ha cambiado es que ya no almuerzo como lo hacía…

Para complicarlo todo un poquito, en España y especialmente en Cataluña sufríamos un fuerte temporal de lluvia y viento. Debíamos salir muy preparados, abrigados y con más capas de ropa que una cebolla.

La lluvia y el agua nos acompañó casi toda la ruta, convirtiendo algo ya de por sí bastante duro en toda una aventura. Torrentes que están secos todo el año, bajaban caudalosos y con bastante peligro, obligándonos a cambiar la ruta en repetidas ocasiones.Llegué muy entero, apenas cansado y con bastante energía.
Y feliz. 
Fue algo muy especial volver a compartir con viejos amigos todas las dificultades de la ruta y los magníficos y espectaculares paisajes que nos presta la naturaleza.
Y el barro. Mucho barro.
Los humanos debemos tener algo de cerdo (compartimos más de un 98% de nuestro material genético con ellos) animal estupendo, inteligente y noble, pues no he conocido nadie que después de una dura resistencia a ser manchado, cuando al final ya no hay nada que hacer, no disfrute como un “cochino en un charco” revolcándose y ensuciándose en el barro.Es como recuperar un poco el espíritu de cuando éramos niños. Como meterse en el mar en pelotas. Una sensación de libertad y liberación inmediata.
Una vuelta a nuestros ancestrales instintos animales.
Y todo con una sonrisa de oreja a oreja, siempre y sin excepción.

Deberíamos hacerlo más a menudo.
Reencontrarnos con la naturaleza en su estado más puro y sucio.
Reconforta y carga las pilas.
¡Probarlo!! Os lo recomiendo…
Al que se atreva, ¡estáis invitados a descubrirlo subidos en uno de mis quads!!!
¡Un saludo!

P.D.: Tenéis un amplio resumen (que gilipollez… si es un resumen, no puede ser amplio…) de esta salida en mi otro blog QUADPASIÓN, con más fotos, humor y cositas…

SEMANA 24. MI EVOLUCIÓN BARIÁTRICA.

Con la bici, haciendo unos kilómetros cuesta arriba… ¡y mi nuevo cuerpazo!!!
Aún sobra, pero cada vez menos…

“Baros” significa peso. Un paciente bariátrico es toda persona operada del estómago mediante cualquiera de los diferentes métodos quirúrgicos existentes para regular su bajada de peso.

Así, mi evolución bariátrica es, ni más ni menos, que la evolución de mi peso desde el momento en que pasé por el quirófano para mi Bypass gástrico hasta el día de hoy. 

Gracias a este blog  he ido almacenando la evolución de mi peso casi sin darme cuenta. Esos datos me permiten comprobar cómo ha sido mi pérdida de peso e incluso hacer previsiones a medio y largo plazo sobre esa evolución. Matemática básica.

Ahora, que estoy cerquita de llegar a los 6 meses de operado, me entró la curiosidad de comparar datos y ver de un modo gráfico cual ha sido la evolución.
De manera preconcebida, tenía la idea de que al principio perdí muchísimo peso y muy rápido, y que con el paso del tiempo, la pérdida se ha ido frenando, o incluso estancando por periodos. Eso es lo lógico, lo que he ido comprobando en la bascula día a día y daría una gráfica similar a la de abajo, con una caída de peso acentuada al principio y más suave al final.  O eso pensaba…

Peeeeero… con los datos reales puestos en una grafica,
¡sorpresa!!!

Sigo perdiendo casi al mismo ritmo que durante la segunda semana, mientras me alimentaba con batidos y líquidos. Ésta es la gráfica real de mi evolución:

Esto me da que pensar. Y me hace sentir algo de miedo por si pierdo demasiado. De momento, prefiero no especular con el tiempo que tardaré en llegar a mi peso ideal.
Dejemos que la naturaleza y la cirugía hagan su trabajo.
Mientras tanto, sigo disfrutando de una mala salud de hierro, de la que casi me encuentro recuperado. Eso me permitió hacer una “salidilla” en bici con mi hermano el “pequeño” después de casi un mes sin tocarla. Me machacó… Pero me lo pasé de P.M. disfrutando de la naturaleza, el sol, el aire puro y el ejercicio físico. Repetiré sin duda. Pero antes entrenaré un poco más…
Este martes, aprovechando la festividad del día del Pilar, espero poder aguantar una paliza de 9 horas en quad por la montaña, cruzando media Cataluña junto a un montón de buenos amigos… Ya os contaré
¡Un saludo!!

SEMANA 23. VA DE FOTOS…

He pasado una mala semana. Después de mi gripe-resfriado-anginas-virus-loquesea con el que llevo ya dos meses peleando, me ha quedado una infección del oído medio e interno que me provoca unos vértigos como jamás había sentido. La medicación apenas me hace efecto. Literalmente, me caigo redondo al suelo.
Me pongo de pie y parece que el planeta tierra se pone a girar. Me tumbo. Cierro los ojos y el sofá de casa se pone a volar como en una montaña rusa. Y así todo el día…
No salgo ni de casa si no me acompaña alguien, porque me he caído ya una vez (sin consecuencias) y he estado a punto un par de veces más.

Pese a todo, cada día me encuentro mejor. Ya no me queda ropa que me siente bien. ni un pantalón. Todo me queda grande o muy grande. Pero no se si aún es el momento de comprar ropa o esperar aún un poco, pues sigo perdiendo a una media de 0.750 kg a 1kg semanal, rondando ya los 107kg. Últimamente me ha sorprendido algo que no había sentido jamás hasta ahora. O al menos no lo había notado. Alguna mujer de muy buen ver se me ha quedado mirando de una manera que me ha hecho, no ruborizarme, pero si sentirme algo azorado… Ya me ha pasado varias veces.
Al explicárselo a mi mujer, me ha confirmado que ella lo siente bastante a menudo con los tíos que le miran las tetas… que no me flipe, que es algo normal en su día a día…
ejem… ¡mecagoenlamadrequeparió a los que le miren los pechos a mi mujer!!!
De todas maneras, para mí  la sensación es extraña y nueva. Solo comentarlo…

Cambiando de tema.
El miércoles, aprovechando la tranquilidad en las carreteras por la huelga general vivida en España (y que no servirá para una mierda, para desgracia de todos) mi mujer me acompañó a la clínica Teknon, a visitar a Víctor y a Aurori, operados esta misma semana por el equipo médico del Doctor Ballesta, la misma semana que se operaba Gustavo, joven de origen colombiano y actualmente el hombre más obeso del país con algo más de 260 kilos.

Gustavo, colombiano de 260 kilos en la consulta del Doctor Ballesta.

Aurori, amiga y compañera de colegio (que no de curso) y hermana de un gran amigo de juventud, decidió dar el paso después de años peleando con dietas y subidas y bajadas de peso.
Es bajita, pero muy fuerte. Siempre ha trabajado en puestos donde la fuerza física ha sido imprescindible.

   

La operación fue perfecta.
Recién salida del quirófano unas horas antes y estaba lúcida y con ganas de reír. Un ejemplo de fuerza y ganas. Charlamos y bromeamos un buen rato.

Y también visitamos a Víctor operado el pasado lunes, en el mismo pasillo pero dos habitaciones más adelante, al que conocimos a través de este blog.
Bastante recuperado, aunque preocupado por “cagar sangre”…
Ufff. Que duro suena, pero es algo normal después de una intervención como la nuestra. Es un tío grande, también muy fuerte físicamente.Mecánico de aviones, su trabajo le obliga a mover grandes pesos. Además, también ha sido buen deportista, por lo que su musculatura es bastante importante.
Ya está en casa. Ahora toca recuperarse.

Justo cuando ya nos marchábamos, nos encontramos con el Doctor Ballesta, con el que estuvimos charlando un ratito.
Hablamos del blog y de algunas aficiones que compartimos.
Y también charlamos sobre Víctor y Aurori. Solo destacar que confirmó que su evolución será incluso mejor que la mía, pues, igual que yo, disfrutan de una musculatura por encima de la media.
Los resultados serán perfectos si cumplen con todas las normas.
Con algo de esfuerzo, recuperarán una forma física importante, y una buena figura según los cánones actuales, de los que por desgracia somos esclavos.
Por suerte, ambos disfrutan de una buena salud, son jóvenes y no tienen ninguna de las complicaciones que podemos sufrir los obesos, con lo que el éxito está asegurado. Ahora solo les queda pasar el primer mes, el más malo…

¡Os deseo una buena y rápida recuperación!!!
¡Ánimos y mucha fuerza!!!

CINCO MESES. 39 KILOS MENOS

Ya hace 5 meses desde mi intervención. Tengo la mala suerte de haber pasado la última semana bastante mal, con fiebre de 39-40º, anginas, infección de oído y de muelas… y ahora complicado todo con unos mareos o vértigos. Llegué a bajar hasta los 106 kilos, pero más por deshidratación que por pérdida de peso real. Me sorprendió perder 3 kilos en 2 días. Ya he recuperado 2kg, estando en 107,600 kg.
No acabo de salir del hoyo. Paciencia y buenos medicamentos.

Mucha suerte con los amigos de este blog que pasan esta misma semana por el quirófano. Víctor (el lunes), Aurora (el miércoles) y algún amigo del otro lado del charco.
A ver si os puedo traer alguna foto de su recuperación… ¡si me dejan!!!

Cambiando de tema.

Mi cirujano, el Doctor Carlos Ballesta, ha salido esta semana varias veces en los medios de comunicación. Una de ellas por una chica a punto de operarse y la otra por un joven colombiano de 31 años que actualmente es el hombre más obeso de España  y que llegó a pesar 280 kilos (actualmente 260)

Es una tranquilidad para los que tienen que pasar por el proceso de una reducción de estómago, comprobar que este gran profesional y su equipo salen por la televisión en reconocimiento a su labor diaria en la lucha contra esta seria enfermedad que es la obesidad.
Me llena de orgullo ver que cientos, miles de personas, han recobrado su vida gracias al trabajo, la habilidad y la tenacidad de un equipo de personas dirigidas por el Doctor Ballesta, el mismo que me operó.
No tengo palabras de agradecimiento…

Seguidamente os dejo las intervenciones del Doctor Ballesta en la TV y un completo resumen de la agencia EFE publicado en la revista digital 20Minutos.es.

¡Un saludo!!!

Antena 3 – Espejo Público – 1a operada en España de Bypass gástrico por el Doctor Ballesta

España directo. TVE1

Tele5. Telediario. Operación del hombre más obeso de España

EFE. 27.09.2010 - 20MINUTOS

Gustavo Moreno, un joven colombiano de 31 años que pesa 260 kilos, será sometido esta semana en Barcelona a una intervención de by-pass gástrico para lograr que adelgace 160 kilos en el plazo de un año y medio y poder hacer vida normal, muy limitada actualmente por la obesidad mórbida que padece.

“Quiero adelgazar para volver a trabajar en el aeropuerto y porque tengo novia”

El paciente, que ha llegado a pesar 280 kilos, ha explicado que desde que nació ha sido obeso, pero que su gordura se convirtió en problema a partir de los 15 años, cuando en poco tiempo dobló de peso. "Ahora -ha dicho- no puedo trabajar ni hacer ninguna actividad y quiero adelgazar para volver a trabajar en el aeropuerto en el que tenía un trabajo, y porque tengo novia y quiero llevar una vida normal".

Moreno, que tiene otros familiares con el mismo problema, entre ellos una hermana de 19 años que también se ha operado para tratar el problema de obesidad que padecía, será intervenido el próximo jueves día 30 en la clínica Teknon de Barcelona por el equipo del doctor Carlos Ballesta. Según este experto, el paciente tiene todos los problemas de salud asociados al gran sobrepeso que padece, como hipertensión y diabetes, y una hipertrofia ventricular con una dilatación auricular y una insuficiencia mitral que pone en riesgo su vida, debido al alto riesgo de infarto que tiene.

Padece hipertensión, diabetes y una hipertrofia ventricular con una dilatación auricular y una insuficiencia mitral

El doctor Ballesta tiene una gran experiencia en este campo, ya que ha operado a unas 3.000 personas con obesidad mórbida. Un paciente de Paraguay que pesaba 317 kilos, al que intervino hace tres años y que ahora pesa unos 90 kilos, ha sido el caso más severo de obesidad que ha tratado. Ha asegurado que en los últimos años se ha incrementado la gravedad de la obesidad de los pacientes que trata, y que "esta situación va en aumento porque cada vez hay más niños y más adolescentes obesos".

Hasta el año 2005, según los datos del Centro Laparoscópico del doctor Ballesta, el promedio de peso de los pacientes que se operaban estaba entre 130 y 150 kilos, y lo máximo eran unos 210, pero actualmente la media está en 180-190, lo que significa que hay muchos pacientes con más de 200 kilos de peso que pasan por el quirófano. De los 550 casos operados en este centro entre 2007 y 2009, la edad media de los intervenidos se situaba en casi 39 años, y el 69% eran mujeres.

Se le operará vía laparoscopia a través de cinco pequeñas incisiones en el abdomen

En los últimos cinco años la mortalidad por la intervención, que se hace mediante laparoscopia, ha sido de cero, y que sólo hubo complicaciones mayores en 50 casos, que suponen el 9% de los operados, y menores en otros 25, que representan un 4,5%. Entre el año 2002 y el 2006, los pacientes operados en este mismo centro ascendieron a 1.200 y de todos ellos siete no superaron el proceso de intervención por distintas causas, lo que supone una mortalidad del 0,58%, una tasa que para Ballesta es muy baja ya que se considera centro de excelencia al que está por debajo del 1%.

A Gustavo Moreno se le operará vía laparoscopia a través de cinco pequeñas incisiones en el abdomen por las que se introducirá el material que hará posible reducir su estómago y que luego se unirá directamente con partes lejanas del intestino, una técnica que se denomina mixta. Un año después de que el peso de Gustavo se estabilice en unos cien kilos, tendrá que operarse otra vez, pero esta vez para eliminar la piel que le sobre.

SEMANA 21. ¿SE PUEDE ENGORDAR DESPUES DE UN BYPASS GÁSTRICO?

 

¿SE PUEDE ENGORDAR DESPUÉS DE UNA OPERACIÓN BARIÁTRICA, COMO LA BANDA GÁSTRICA, EL BYPASS, ETC…?

Mucha gente que ve mis cambios en estos pocos meses, me pregunta si en un futuro podría volver a engordar. Mi respuesta es que espero que no… pero entra dentro de lo posible y se han dado casos. Por suerte, ni siquiera en esos casos se recupera todo lo perdido, aunque se vuelve a un sobrepeso peligroso para la salud.

¿POR QUÉ OCURRE, SI CASI NO TENGO ESTÓMAGO Y CÓMO COMO UN PAJARITO?

El organismo está preparado para sobrevivir. Ni más ni menos. Y es capaz de las más increíbles adaptaciones para llevar a cabo su cometido.
Por ejemplo, un diestro que ha perdido su mano derecha traumáticamente, en muy poco tiempo es capaz de desarrollar una gran destreza, lo que para una persona sin el problema sería casi imposible. Tenacidad, entrenamiento… necesidad.
Personas nacidas sin brazos, son capaces de escribir o pintar con los pies, comer, vestirse ¡o incluso de liarse un cigarrillo!!!
Personas con problemas cerebrales graves por traumatismos encefálicos o cirugías para extirpar tumores, recuperan a base de muchísimo esfuerzo parte del habla o la movilidad perdida, creando nuevas conexiones sinápticas en otras zonas del cerebro no afectadas…
Ciegos que consiguen a base de entreno volver a ver y leer rudimentariamente usando un aparato electrónico que utiliza el tacto de la lengua. Ver con la boca, literalmente…
El cerebro es una herramienta de increíble potencia capaz de adaptarse a las más duras condiciones para seguir luchando por la vida.

Y con los pacientes bariátricos también funciona así. El organismo lucha desesperadamente por conservar lo que alguna vez tubo.
No admite que la pérdida de peso sea algo natural. No es más que una agresión o una hambruna
Por tanto, llega un momento en que el cuerpo consigue frenar esa pérdida de peso. Y ese frenazo puede llegar mucho antes de conseguir el peso ideal.
Para seguir bajando, no quedará más remedio que pelear con la dieta y el ejercicio físico constante, de por vida.

Es más. Pasado ese punto de estabilidad, el organismo aprende a recuperar parte de esas reservas energéticas en forma de grasa. Es algo capaz de frustrar a muchos operados que ven como al principio se pierde peso sin esfuerzo hasta estancarse y más tarde volver a engordar sin haber cumplido los objetivos.
Por suerte, jamás se vuelve a recuperar todo el peso perdido.
Lo más difícil de todo es conseguir cambiar los hábitos alimenticios aprovechando la ventaja que supone la cirugía bariátrica.
Quien lo consigue, triunfa.
El que no, al menos no recupera su antiguo mal estado físico y de salud, aunque posiblemente quede mal psicológicamente necesitando ayuda especializada.

Maradona antes y después de su bypass gástrico. En la actualidad con sobrepeso moderado.

Un ejemplo conocido, Diego Armando Maradona, el mejor futbolista de la historia (con permiso de Pelé y Messi) tiene un fuerte carácter obsesivo-compulsivo que le obliga una y otra vez a caer en irrefrenables excesos. Así, llegó a un punto en donde su vida peligraba seriamente. Las drogas, el alcohol, los excesos alimentarios y la falta de actividad física que había mantenido a lo largo de su carrera deportiva, le llevaron a una superobesidad.
La solucionó con una cirugía bariátrica.
Pero pese a recibir los mejores cuidados y lograr su objetivo de una manera sorprendente, volvió a caer en antiguos hábitos dañinos, recuperando parte de lo conquistado.
Hoy sufre de sobrepeso moderado, aunque por suerte no llegará a recuperar lo perdido. Sencillamente no aprendió a cambiar de hábitos y costumbres. Perdió.

¿QUE ALIMENTOS PUEDEN ENGORDAR FACILMENTE A UN OPERADO BARIÁTRICO?

Normalmente, casi todos los que sufrimos o han sufrido obesidad, suelen ser expertos en nutrición, después de haber pasado por cientos de dietas, endocrinos, lecturas sobre el tema, etc. Así, casi seguro que ya conocen la respuesta ésta pregunta. Para todos los demás, un pequeño resumen, aunque algunos se sorprenderán.

El paciente bariátrico, tras su intervención, ingiere cantidades mínimas comparadas con las que comía antes de la operación. Eso, unido a una malabsorción (si se ha realizado el bypass con el intestino delgado) ayuda a perder peso rápidamente. Sobre todo, durante los seis primeros meses.
Hasta un 70% del PESO SOBRANTE, no del peso total como he leído por ahí…
Aproximadamente durante un año y medio o 2 años, el organismo sigue regulando y aprendiendo a ser más efectivo en su trabajo con las nuevas limitaciones.
A partir de aquí, sencillamente se consigue la normalidad total, siendo posible engordar si nos pasamos con las ingestas. Por eso es bueno saber que productos engordan más o que puede hacer que dejemos de perder peso aún sin haber llegado al punto de normalidad.

*ALCOHOLES
Beber alcohol engorda. Y mucho.
Me explico.
Debemos tener en cuenta que un gramo de alcohol puro tiene 7 Kcal (llamémoslas calorías para simplificar). Pasemos a las matemáticas. Usemos la siguiente ecuación. Multiplicando el volumen del liquido alcohólico por su graduación alcohólica dividida entre 100 y multiplicado todo por 7 Kcal, obtendremos:

  

Tenemos como primer ejemplo una copa (90 mililitros) de whisky de 38º, obtendríamos que tiene 239 calorías. !Lo mismo que tiene un filete de ternera de 400 gramos!!!!

Otro ejemplo. Un simple vaso de vino tinto de 12º, que contiene 150 mililitros y que muchos toman con la comida (no contemos la botella entera, que muchos también toman con la comida) contiene 126 Kcal. Lo mismo que un yogurt normal o dos desnatados. Lo que tomo a media mañana o de merienda actualmente….

Por costumbre, se bebe muchísimo alcohol. Y no es bueno ni para la barriga, ni para el bolsillo, ni para el tráfico…

También se debe tener en cuenta que el alcohol se introduce en el cuerpo del operado bariátrico de manera más rápida y directa que en los no operados. Los azúcares y componentes alcohólicos pasan muy rápidamente al torrente sanguíneo del operado, con lo que la intoxicación tiene lugar antes y las reacciones tóxicas son mucho más intensas. Las pruebas de alcoholímetro de la policía que antes se superaban perfectamente con dos cervezas tomadas 1 hora antes, ahora darán positivo con media cerveza…

Además, estas bebidas alcohólicas se suelen mezclar con refrescos, colas, zumos, gaseosas o sodas, muy azucaradas y con gas, con su respectivo aporte calórico
Tenemos pues que, solo la bebida, puede introducir en nuestro organismo el equivalente a 500-1000 Kcal.
Yo soy abstemio convencido desde hace años. Vosotros… podéis escoger.

*GRASAS
No son bien toleradas por el organismo del operado, y tampoco son bien absorbidas, excretándose directamente y casi en su totalidad con las heces. No son, por tanto demasiado peligrosas para volver a engordar, pero mejor mantenerlas lejos. Embutidos, comidas precocinadas, carnes muy grasas, cocidos (madrileño, andaluz, fabadas, etc) y comidas muy elaboradas… cuanto menos, mejor.

*AZÚCARES REFINADOS Y DERIBADOS
Auténticas bombas para el organismo del operado bariátrico. Bollería industrial, chocolates, elaborados lácteos, chucherías, dulces, helados comerciales, azúcar en las infusiones o cafés… Engordan muchísimo, pues, como los alcoholes, van directamente al torrente sanguíneo, siendo fácilmente almacenados en forma de grasa si no son quemados al momento. Es energía rápida, y como tal, o se quema rápidamente o se almacenan. Junto con los alcoholes, mejor olvidarlos para siempre.

La energía que aportan los azúcares es necesaria, pero la podemos obtener a través del consumo de frutas y verduras (fructosa) o derivados lácteos (lactosa), consumiendo parte de su aporte energético en el mismo proceso de obtención (digestión) y aprovechando otros aportes necesarios (vitaminas, proteinas, fibra, etc) que obtenemos con su ingesta.

*REFRESCOS Y BEBIDAS DULCES 
Peligrosísimos. Una lata de Coca Cola contiene hasta ¡12 cucharadas de azúcar refinado!!!
Incluso la Coca Cola Light o la nueva CERO, son peligrosas por la cantidad de anhídrido carbónico (dolorosos gases) y edulcorantes, conservantes, etc....
Yo era un gran bebedor de Coca Cola…Snif…
Otros refrescos embasados sufren del mismo problema, gas y azúcares.
Bebidas como horchatas, leche merengada, zumos de frutas, etc… aportan gran cantidad de azúcares refinados. Con el peligro añadido que al ser líquido, no tenemos la impresión de estar llenos, pudiendo ingerir cantidades muy elevadas que nos lleven a un doloroso “Dumping”.
Leer bien las indicaciones de los envases antes de ingerir. Vuestro organismo os lo agradecerá.
Para no romper demasiado con los hábitos de salir a comer fuera, o por la noche a tomar algo, consumo Nestea, Ice Tea, Acuarius, Isostar, Gatorade… de ese tipo. O té, café, manzanilla, menta-poleo… infusiones con sacarina. Si no, ante la duda, agua fresca.

*CEREALES Y TUBERCULOS
Son una gran fuente de hidratos de carbono o azúcares lentos. Son necesarios, pero en pequeñas cantidades, sobre todo horas antes de realizar esfuerzos físicos. Son la gasolina del cuerpo, pero como buenos azúcares que son, si no los consumimos, zas, se acumulan en forma de grasa.
Patatas asadas, fritas, a la brasa, pan de cualquier tipo (excepto el tostado sin azúcar) cereales para el desayuno (sobre todo los enriquecidos con miel, chocolate, endulzados) arroces… cuanto menos cantidad mejor, pero cada día un poquito.

Vamos, que a parte del tema de los alcoholes, nada nuevo que no sepa ya todo el mundo.
Sigo insistiendo que hace más bien al organismo una actividad física moderada y continua que una dieta milagro.
Espero que os sirva de orientación. Al menos, los operados lo tenemos más fácil a la hora de no romper las normas.

SEMANA 20. ¡LLEGO A LOS 40 AÑAZOS!!!

Hoy, 5 de septiembre de 2010, a las 8:45 de la mañana, cumplo 40 añitos… 
O 20 semanas, según se mire.
20 semanas desde la intervención de bypass gástrico y 36 kilos menos.
Ya he llegado a 111,11 kilos. Una cifra rara que hace más de 21 años que no veía en la báscula. Desde el servicio militar...Entro en los 40 con bastante más salud que a los 39, pese al catarro.

Físicamente, sigo tocado por culpa de la gripe-angina-rinitis alérgica-o-lo-que-sea-que-tengo, que no me deja respirar bien, moqueando y lagrimeando todo el día. Ello me ha impedido seguir desde hace 2 semanas mi rutina deportiva, aunque intento estar lo más activo posible.

La pérdida de peso, aún siendo muy lenta comparada con las primeras semanas, se mantiene. Actualmente entre 500 gr. y 1 kilo semanales, que no es poco. Y sin pasar hambre. Ni un poquito.

Incluso debo empezar a controlarme, pues he recuperado inconscientemente y de manera puntual, antiguos malos hábitos. Como ya no hay dolores, malestar, ni recuerdo constante de estar operado…
Volví a servirme comida guiándome por los ojos, no por el estómago (mi cerebro llevaba más de 30 años pensando como un tragón y me cuesta cambiar).
Y forzé más de lo recomendable. Hasta ver limpio el plato.
Como dice el refranero español, sufro “el mal del pobre: reventar antes que sobre”.
Una mala y dolorosa digestión me recuerda que eso se acabó y no debo volver a hacerlo. Cuesta…

Sin ir más lejos, el año pasado me comí la tarta de 39 cumpleaños tan rápido que a mis amigos no les dio tiempo a decirme que dentro había una stripper pequeñita que habían contratado para darme una sorpresa.
Un borrico, como dijo mi cirujano… Y eso que no era de comer dulces.

Me pasa igual con la ropa. No soy consciente de lo que llevo perdido, sobre todo en volumen. Sigo eligiendo la ropa por cómo me quedaba hace 3-4 meses. Y cuando me miro al espejo (cosa que no suelo hacer) parezco un rapero de esos que lo llevan todo gigantesco y caído. Poco glamur.
Mi mujer me regaló una camiseta de diseño y cuando la vi le dije que ya podía ir a devolverla, que no me iba ni de coña. Insistió y me la probé. Me queda perfecta. Marcando pectorales…
Más que alegrarme, me da rabia, pues soy de los que compraban ropa para que durase, pasando de modas y me fastidia tirar cosas nuevas, sin uso.

Ya tengo otra faena. Probarme ropa del armario (espero que no salga nadie, por el susto, más que nada) y deshacerme de lo que ya no me va bien, entregándolo a la beneficencia, aunque pocos indigentes habrán de la talla que yo gastaba…

Cuanto tenía 15-16 años, a menudo fantaseaba e intentaba hacer un esfuerzo por imaginar como estaría 5 años después, o a los 30 años. Y a los 40, a los 50…

Soy el del quad amarillo… de los 4, el más guapo ;)

Si soy sincero, no pensaba que podría llegar hasta aquí.
Quizá a trocitos, con mis órganos donados a algún pobre receptor necesitado.
Motero convencido y practicante, nunca las tienes todas contigo. Una mala caída y adiós.
Si se cae hasta Valentino Rossi.
Pero la suerte y el sentido común (el menos común de los sentidos) me han permitido llegar a éste punto más o menos en buen estado.
Y feliz.
¿Que más puedo pedir?
Me voy a ver como se comen mi tarta de cumpleaños, que yo el azúcar ya… como que no.

19 SEMANAS. 45 GRADOS Y CON ANGINAS…

Sábado por la tarde en el camping. Malestar general. Estoy incubando algo. Hace muchísima calor y siento flojera.
Estoy peor que “Hello Kitty” después de una patada giratoria de “Chuck Norris”.

Domingo por la mañana. “gNo buedo rhespirah. Thengho buchos bocos”. Estornudos, nariz tapada, ojos llorosos y un creciente dolor de garganta.
Además, entra una avispa en la caravana por los conductos de ventilación y me pica 2 veces en el pecho. Llevo todo el mes de agosto saliendo a picada por semana.
Soy extremadamente alérgico… me puede ir la vida en ello… Debo llevar siempre encima una inyección de adrenalina que me permitiría llegar con vida a un hospital en caso de reacción alérgica extrema o shock anafiláctico, que ya he sufrido una vez.
Morir por la picadura de un insecto… que manera más estúpida de morir y sin embargo mueren miles de personas a diario por ese motivo. Dengue, paludismo, enfermedad del sueño, malaria, fiebre del Nilo occidental, parásitos, envenenamiento, reacciones alérgicas graves…
Me inflé a antihistamínicos. No pasó de una celulitis localizada (inflamación de las células) y un ardor-dolor a sumar al malestar que ya arrastraba.
Si desparecieran del planeta las avispas y los mosquitos, no habría ni un solo humano que se quejara. Ni los de Greenpeace. ¿Para que mierda sirven esos bichos? (me refiero a los insectos, no a los de Greenpeace)

Madrugada del Domingo al Lunes. Fiebre, nariz taponada, terrible dolor de oídos, mandíbulas y garganta. Dolor de huesos y debilidad. Y más calor nocturno… insoportable.

Lunes. Empieza la semana de temperaturas más altas de todo el verano. Rondamos los 38-40 grados y una altísima humedad. La sensación térmica es de 44-46 grados.  Como en el Caribe, pero en medio del estrés y las prisas de Barcelona…
Me quedo en cama agotado, sin comer apenas nada. Casi no bebo por que no puedo ni tragar.
Cuando llega mi mujer a las 3 de la tarde y me ve en aquel estado, me acompaña a urgencias, casi a bastonazos.
Unas anginas de caballo, con infección que llega a las trompas de falopio eustaquio. El doctor “Gregory House” de turno, un pelín borde por tener que trabajar en agosto, me recomienda una semanita de descanso y drogarme a base de antibióticos para matar al “bicho” y ayudar con la inflamación de las picaduras de avispa, aún muy dolorosas.

El martes ya voy a trabajar, haciendo caso (omiso) del doctor. El trabajo está tan mal que más vale hacer de tripas corazón y apechugar con la enfermedad, mientras sea tan poco grave como un fuertísimo catarro.

El resto de la semana, con temperaturas que rondaban los 45 grados en la nave industrial donde trabajo, fiebre, flojera, dolor de oídos, mocos, nariz dolorida de tanto sonarme… y sin poder dormir por la noche por el calor.

Hoy, una semana después, salvo la normalidad en lo que se refiere a las picaduras de la puta graciosa avispa, sigo casi igual. Nariz tapada, estornudos, mocos…
Me fastidia mucho caer enfermo estos días, entre otras cosas porque no he tenido más remedio que romper la rutina de salir en bicicleta por las tardes. Una semana sin darle caña.
Suerte que con la diarrea y la deshidratación he seguido perdiendo algo de peso… <modo irónico OFF>
Tampoco me he atrevido a besuquear a mi nuevo sobrinito Xavi, de apenas 3 semanas, por miedo a pegarle el virus. Me he quedado con las ganas.

Espero que no sea la tónica de este invierno y que la debilidad física por la pérdida masiva de peso me haga caer enfermo más a menudo que antes de operarme.
Antes no solía enfermar demasiado de gripe o catarros. Tan solo después de pasar unos días de mucho estrés, como la semana pasada, y cuando llegaba la relajación del fin de semana, caía enfermo. Ya me había ocurrido antes, pero siempre en invierno.

Lo mejor, es que pese a las altísimas temperaturas vividas la pasada semana, apenas he sudado. Soporto perfectamente el calor. Antes, sencillamente dormía en un charco de sudor todo el verano. Sudaba al comer, al andar, al rascarme, al dormir, viendo la tele y hasta cagando.
Solo deseaba que el verano acabase lo más rápidamente posible, pues mi cuerpo era una auténtica estufa. Disponía de una confortable capa de grasa para pasar los más duros inviernos cómodamente. Capa que he perdido en gran parte. Eso solo puede significar que este invierno pasaré frio de verdad. Por fin.

P.D.: Me regocijé con el sufrimiento de la avispa mientras moría lentamente partida en tres trozos…
Yo lo pasé mal con su veneno en el cuerpo.
Ella… no pasó de esa tarde.
Soy cruel.
Pero ella (o él, vete tú a saber) fue demasiado agresiva.
A partir de hoy llamarme “El Vengador Justiciero” , como Charles Bronson, el tío del bigote, que decía mi abuela.

4 MESES DE MI BYPASS GÁSTRICO. 35 KILOS MENOS

Ya hace 4 meses de mi intervención. Cuatro meses desde que entré al quirófano, después de haberme despedido de amigos y familiares, acojonado como nunca antes. Hace cuatro meses que tomé la decisión más difícil que he tenido que tomar.
¿Me jugaba la vida en una mesa de operaciones?
¿o la dejaba escapar poco a poco, sin poder disfrutarla, perdiendo en calidad día a día, dejando de hacer cosas, luchando contra un cuerpo que empezaba a convertirse en una prisión, lleno de estigmas, dolores y limitaciones?
Aposté (con casi todos los ases en la mano, que uno no es idiota del todo)
Y aunque aún no ha llegado el final de la partida, de momento voy ganando. Y mucho.

Ciertamente es muy poco tiempo. Aún no tengo una clara perspectiva de todo lo que ha cambiado desde entonces.
Estoy demasiado cerca del punto de inicio.
Pero el cambio es tan radical que me está costando asimilarlo, tanto física como psicológicamente.

A día de hoy y tras haber dejado ya casi 35 kilos, me siento bastante bien. Quizás un pelín falto de fuerza física por poner una pega.
Siempre había pensado que al perder tanto peso me sentiría muchísimo más ágil y fuerte. Pero creo que es como descargar una pesada carga que llevas toda una mañana a la espalda. Aunque la sueltes y te sientas aliviado, el cansancio por el sobre-esfuerzo realizado te pasa factura.
Te sientes más ligero y realmente lo eres, pero el cuerpo castigado necesitará su tiempo para recuperarse. Tiempo…

Psicológicamente… voy a días. Siempre he sido bastante fuerte e independiente. Pero ahora necesito más que nunca el apoyo de los míos.
De la familia y los amigos.
Por suerte, los tengo ahí.
Sencillamente tengo días “blanditos” por llamarlos de alguna manera. Y otros de gran estrés, de una necesidad imperiosa de explotar, de desahogo.

Descartar para siempre el “rol” que habías desempeñado para los demás, de forma natural y casi obligatoria, es lo más difícil. Siempre había sido el Obelix de ‘Asterix y Obelix’, el Oliver Hardy del gordo y el flaco, el Manolo de ‘Manos a la obra’, el M.A. Barracus del ‘Equipo “A”’, el Homer Simpson de los Simpsons…

Y lo mejor es que me gustaba. El gordito gracioso, buena persona, hábil, forzudo, voluntarioso y currante…. Bueno. Homer no, que no bebo cerveza…

De momento no tengo problemas para seguir asumiendo ese rol (aún queda cuerpo de sobras), salvo a la hora de comer. Ya no soy el tipo de los 3 platos, ni la aspiradora de lo que sobra, ni el tragón come-flanes record-man mundial (38 en menos de 1 minuto)
Eso acabó y no se si sabré suplirlo con nuevas monerías o me convertiré en un “talibán” de la comida y de los que hacen lo que yo hacía como gracieta para mantener mi “rol” bien arriba.
Tampoco sé si será necesario suplir algo así.

Dudas… al perder todo lo que he sido durante mi vida.

Todas las máquinas reparadas necesitan un tiempo de reajuste. Y jamás una máquina reparada funciona tan bien como una bien cuidada y con poco uso. Pero tener que esperar tanto para ver el final de la película, desespera.

Tengo que empezar a entender éste importante paso en mi vida como si de un viaje en moto se tratara, más que un viaje en avión. En avión vas de un punto ‘A’ a un punto ‘B’ lo más rápida y limpiamente posible (si no hay huelgas) .
Con la moto, también vas de ‘A’ a ‘B’, pero lo haces disfrutando metro a metro del camino, de las curvas y baches, de las inclemencias del tiempo, de las averías, de la suciedad del asfalto y de las caídas tontas.

Seguramente, aquí también es más importante el esfuerzo y el camino para llegar a un fin, que el fin en sí mismo. Aunque el fin sea salvaguardar la propia vida.