¡Sigo con las mejoras constantes!!
Muy poco a poco, con todo el cuidado del mundo, empiezo a comer cosas que antes de la intervención eran normales.
Puré de verduras, jamón dulce, tostadas, alguna galleta tipo maría dorada… incluso me he permitido éste sábado algún lujillo, como un pequeño trozo de muslo de pollo a l’ast con “all i oli” y un minúsculo trocito de “coca” de crema pastelera… en la salida de los Gegants o Gigantes de Sant Feliu de llobregat en su 25 aniversario con la “Colla de Gegants i gralles de Sant Andreu de la Barca”
Fue un palizón andando, acompañando a la gente de la colla que acabó con la típica cena, esta vez, en mi antiguo colegio… miles de recuerdos infantiles acudieron de nuevo a mi mente. Y fue una noche para recordar durante mucho tiempo. El primer paso hacia la normalidad casi total.
Durante toda la semana estoy investigando y probando cosas y maneras de comer que no me hagan daño, descartando algunos alimentos hasta poder reintroducirlos en un futuro cercano e integrando otros de manera definitiva.
Tengo el serio problema con algunos alimentos que, por algún motivo, crean una especie de tapón que duele, un “enganchón”, me produce arcadas y una especie de espuma. Es muy incómodo y duele durante unas horas, que debo tomarme con calma y manzanillas o té hasta que se me pasa. Es muy desagradable.
Sobre todo, he aprendido que casi siempre me pasa cuando llevo algunas horas (3-4h) sin tomar nada. Al parecer se cierra, de alguna forma, el conducto de salida de mi nuevo estómago. Al menos, esa es la dolorosa sensación que tengo. Lo peor, es que a veces me ocurre con alimentos que ya he probado y no me habían hecho daño ni se me habían enganchado jamás, con lo que resulta bastante tedioso y desalentador…
Para minimizarlo en lo posible, los pasos que sigo son los siguientes:
* Lleve mucho o poco tiempo sin comer, unos minutos antes de hacerlo, procuro beber algún líquido. Siempre, siempre sin gas. El agua sola, no funciona demasiado bien. Incluso me ha hecho daño… y no lo entiendo. Sí que van bien las bebidas isotónicas o tipo Nestea (sin azúcar). Incluso algo parecido a un batido de yogurt, tipo Actimel o Danacol…
* Más tarde, lo que tengas que comer y probar, debe ser, durante los primeros días, triturado. Ahora, ya lo tomo todo entero, con normalidad, pero masticándolo hasta dejarlo prácticamente hecho papilla. Personalmente, no introduzco bocados muy grandes, sino trozos bastante pequeños, que mastico hasta que controlo que puedan pasar sin problemas.
Es algo a lo que cuesta acostumbrarse, pues los “gorditos” tenemos costumbre de meternos trozos muy grandes y tragarlos casi sin masticar, con lo que cuando llega la sensación de saciedad (casi 15 minutos más tarde de empezar a comer) estábamos más que pasados en nuestra ingesta.
Comiendo tan lento, habiendo comenzado con la toma de un líquido minutos antes, y masticando muchísimo una cantidad minúscula, sacio perfectamente la necesidad psicológica de comer. Psicológica porque, recordar, que desde la intervención, no he vuelto a tener hambre como tal.
* Es vital, no beber durante las comidas, pues puede sentar muy mal, por experiencia… Siempre antes de la ingesta, o media horita después.
Estos son los trucos para no tener enganchones ni vómitos. Pero… aún así, se deben probar alimentos poco a poco, introduciéndolos en el menú de uno en uno, y con toda la prudencia posible. El último enganchón fue con lentejas estofadas… impensable poder comer pollo asado o huevos fritos… y engancharse con un par de cucharadas de lentejas… En fin…
Al menos, la gente que hacía tiempo que no me veía, alucina con mi “nueva” imagen en tan poco tiempo.
Empiezo a desempolvar ropa que no había ni estrenado al no poder ponérmela… y a enterrar otras prendas que ya me van grandes de verdad…
No me operé por estar más guapo, sino más sano, pero la verdad es que me ayuda que la gente me vea cambiado… ¿empiezo a ser coqueto? No creo…
¡Hasta el próximo Lunes!!